¿Alguna vez has admirado los intrincados diseños de los muebles y objetos de madera que adornan los palacios y casas de Granada? Detrás de esa belleza se esconde un arte milenario: la taracea. Esta técnica artesanal consiste en la creación de pequeñas incrustaciones de distintos materiales sobre una superficie de madera, dando lugar a elementos decorativos de una exquisitez inigualable.
¿QUÉ ES LA TARACEA GRANADINA?
Una de las técnicas artísticas y artesanales más conocidas que proceden de la provincia, es la taracea granadina. Pero si nunca has estado en la ciudad y no conoces qué es la taracea, debes saber que etimológicamente su significado es incrustación.
La palabra «taracea» proviene del árabe y significa «incrustación«. Esta técnica, que alcanza su máxima expansión durante la época nazarí, se convierte en un símbolo de lujo y sofisticación, siendo utilizada para decorar objetos cotidianos que, gracias a esta laboriosa técnica, se convertían en piezas nobles dignas de las clases adineradas. Se trata de una técnica ornamental que consiste en engastar piezas de un tamaño prácticamente diminuto. Estas piezas pueden ser de materiales muy variados como madera, hueso, marfil, carey, nácar o incluso elementos metálicos como la plata. Todo ello sobre un diseño geométrico cuidadosamente trazado y sobre el que se van fijando las piezas previamente cortadas.
TÉCNICA DE LA TARACEA
Esta técnica como es la taracea de Granada, permite obtener composiciones con formas poligonales y geométricas que aportan a cualquier superficie, un revestimiento de gran belleza. Gracias a esta ornamentación adicional tan vistosa, se conseguía que cualquier objeto cotidiano como podrían ser los cofres, muebles o tableros, se convirtieran en piezas dignas de las clases más acomodadas de la sociedad.
Para realizar el diseño decorativo, los artesanos utilizan piezas cortadas con precisión de distintos materiales de madera como el ébano, el nogal o la caoba, así como nácar, marfil y metales. Estas piezas se ensamblan minuciosamente sobre la madera base, creando motivos de decoración muy común como motivos geométricos, florales o caligráficos. El resultado es una obra de arte única, donde la decoración en forma de intrincados diseños cobra vida.
Los orígenes de la taracea granadina los podemos encontrar durante la época del Califato de Córdoba. En la que, según la documentación encontrada, surgió esta técnica de la taracea concretamente, en los talleres de ebanistería. De las piezas más destacadas y conocidas que se crearon durante esta época, cabe mencionar el mimbar móvil. Que se encargó para ubicarlo en la mezquita de Córdoba.
Sin embargo, aunque surgió durante el Califato como hemos dicho, fue más bien en la etapa nazarí cuando la técnica de la taracea de Granada alcanzó su total esplendor. De hecho, en el Museo de la Alhambra, en la actualidad podemos encontrar muchas de estas piezas que decoraban las estancias del monumento nazarí. De todas estas piezas expuestas la más importante y conocida es la de la jamuga. Este mueble está recubierto por la técnica de la taracea para la que se usaron materiales como maderas finas, plata y marfil. Conocer estas piezas en el museo, te permitirá tras tu visita a la Alhambra de Granada, imaginar cómo quedarían estos muebles en cada uno de los salas y habitaciones del palacio.
QUÉ ES TARACEA
Otra de las piezas más importantes en las que debemos de poner nuestra atención como visitantes del museo, es un tablero de ajedrez. Elaborado durante los siglos XIV y XV cuenta con ornamentación en taracea en sus laterales con tres estrellas de gran tamaño en ocho. Finalmente, otras de las piezas de taracea granadina son las puertas de una alhacena, procedentes de la Casa de los Infantes. Estas puertas fueron fabricadas en madera de ciprés y ornamentadas con esta técnica utilizando diseños diferentes en cada una de sus caras.
Sabiendo qué es la taracea y cuáles son las piezas más conocidas, otro detalle que merece la pena conocer es que existían talleres moriscos repartidos por toda la península. Y que se dedicaban a trabajar con esta técnica. Lo que nos indica que este arte no se limitó al ámbito hispanomusulmán. Sino que, además se confirma que se continuó desarrollando en los reinos cristianos. En cuyos inventarios reales se recoge la existencia de múltiples piezas elaboradas siguiendo la técnica de la taracea. Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492, la taracea continuó existiendo aunque con influencia del arte renacentista.
Hoy en día, la taracea granadina sigue siendo una artesanía muy valorada y apreciada en todo el mundo. Sus elementos decorativos adornan desde muebles y cajas hasta instrumentos musicales y objetos de decoración. Sin embargo, esta técnica, que combina tradición y creatividad, se enfrenta al reto de la modernidad y la tecnología. A pesar de ello, los artesanos granadinos continúan transmitiendo este legado de generación en generación, manteniendo viva una de las expresiones artísticas más bellas y sofisticadas de Andalucía.